DIVERSIFICACION EN LA AGRICULTURA CHILENA

Fernando Bórquez Lagos, Seremi de Agricultura Región de Ñuble

Desde hace varios años se viene hablando de la “reconversión” de la agricultura en Chile, un proceso que en muchos casos no es bien comprendido y probablemente tergiversado. En verdad hay muchas definiciones respecto al verdadero significado de este término, que definiremos como la “transformación de la estructura productiva, modernización e intensificación del sector, que mejora la producción y la rentabilidad en condiciones de sustentabilidad”.  En el último tiempo se indica que quizás lo más acertado seria hablar de la “diversificación”, pues hay cambios en los rubros productivos, pero no la desaparición de lo que ya teníamos, que sin embargo también tiene modificaciones, pues se moderniza.

La razón fundamental de tener un proceso de diversificación de la agricultura en Chile ha sido la respuesta de tener una actividad muy tradicional, con mayor o menor intensificación, con baja rentabilidad por unidad de superficie, en un país donde cerca del 90% de los agricultores son pequeños, por lo que con rubros de baja rentabilidad no pueden obtener ingresos suficientes para el bienestar o subsistencia de una familia. Por otra parte, Chile tiene condiciones especialmente ventajosas para ser una potencia agroalimentaria en rubros como la hortofruticultura y forestal, que son una gran alternativa de ingresos para el país por sus exportaciones que llegan a 17.700 millones de dólares y una balanza comercial positiva de 11.240 millones de dólares. 

El proceso de diversificación se inicia a mediados de los años setenta, donde se dan varias condiciones como el cambio del sistema de economía del país, la promoción de las exportaciones, la creación de Prochile, la eliminación de la Ley que no permitía las plantaciones de vides, el Decreto Ley 701 de fomento forestal, entre otros.  Este cambio de la estructura productiva chilena se observa al comparar la siembra de cultivos tradicionales que entre 1980 y 2016 disminuye en un 69%, 43%, 46% y 41% para las regiones Metropolitana, VI, VII y VIII, respectivamente. De manera simultánea, la superficie nacional de frutales entre 1979 y 2017 aumenta desde 79.500 has a 315.735 has (ODEPA, CIREN) equivalente a un 397 %, en un incremento progresivo de las plantaciones de frutales desde el norte chico hacia la zona central y luego hacia el sur. Destacan las plantaciones de uva de mesa que constituyen la principal exportación de fruta chilena.  Todo este proceso fue desplazando la ganadería y los cultivos tradicionales o básicos hacia el sur.  El sector forestal por su parte, permitió recuperar miles de hectáreas que no tenían opción agrícola muy rentable y especialmente, terrenos muy erosionados, aprovechando una gran ventaja que tiene Chile, que puede producir madera de calidad en mucho menos tiempo que otros países donde se debe esperar el doble o triple de tiempo. El incremento de las plantaciones forestales es inmenso, en 1979 había 740 has de bosque plantado el que a 2017 llega a 3,08 millones de has que representa exportaciones de 6.000 millones de dólares.

En este proceso de cambios se avanzó rápidamente en la capacitación de profesionales, con giras tecnológicas, investigación, que permitieron comprobar lo que siempre se decía, las enormes ventajas de Chile como una potencia frutícola y forestal.  En la fruticultura se realizó utilizando modernas prácticas agronómicas, utilizando especies y variedades que mejor se adaptaban a nuestras condiciones, se desarrolló el estudio y prácticas novedosas de postcosecha para conservar la calidad de nuestra fruta. 

Simultáneamente, se establecieron empresas agrícolas exportadoras con modernas cámaras de frío, con procesos de cosecha, clasificación de la fruta, de embalajes, etc., que crearon una enorme cantidad de puestos de trabajo para mucha gente, instancia donde las mujeres se incorporan en forma relevante al trabajo agrícola.  Lo mismo sucedió en el sector forestal, donde los terrenos de muy poco valor son ahora valorados, pues para acogerse a la ley forestal deben ser terrenos de baja calidad, aparecen viveros que producen miles de plantas para forestar, se necesitó mucha gente para hacer la limpieza y las plantaciones, para las labores de manejo y raleo, creando trabajo, deteniendo la erosión del suelo.  Con el tiempo, se crean grandes empresas que procesan la madera, fabrican celulosa, papel, maderas elaboradas, etc., que hoy representan también la segunda fuente de divisas después de la fruticultura.

Este proceso de diversificación ha cambiado radicalmente la agricultura en Chile, generando el mayor ingreso de divisas a Chile después de las exportaciones de cobre, ha posicionado al país como un gran productor de alimentos a nivel internacional, ha creado muchos puestos de trabajo y son muchas las familias que han salido de la pobreza.  Este proceso se está produciendo en la región de Ñuble y generara los beneficios que ha producido en la zona central.