En los últimos años ha conservado un perfil bajo a la hora del contacto con la prensa, pero esta vez, el alcalde de Chillán Viejo, Felipe Aylwin, alzó la voz luego del episodio ocurrido el pasado martes 4 de este mes cuando en la sesión ordinaria del concejo municipal, de la cual se ausentó por viajar a Santiago a una reunión con autoridades de Gobierno, se modificó la tabla a tratar, incluyendo la petición de remoción del ex administrador municipal, Ulises Aedo, con cuatro votos de concejales, contra dos.

El edil sintió este hecho como una estocada a su gestión, y dio, como él mismo lo llamó, un “golpe de timón”, realizando un enroque, ubicando al removido Aedo como director de Dideco, y quien ejercía ese cargo, Carol Lagos, asumió como administradora municipal.

Ante esto, Aylwin habló en extenso de todo este periodo que ha tenido que vivir, dentro del cual estuvo al borde de la muerte por una enfermedad renal que lo aqueja, y que lo mantiene con una diálisis permanente a la espera de un trasplante definitivo. Sobre el caso judicial que se lleva a cabo en tribunales por una supuesta malversación de fondos públicos, precisó que no se referirá de momento, hasta que todo el proceso llegue a su fin.

“Aquí debe haber un estado de derecho, y lo que se hizo fue una especie de dictadura. Se trató de aprovechar una ocasión. No me molesta, sino que me parece sospechoso. Invito a los vecinos a darse cuenta que Chillán Viejo está siendo gobernado, está siendo trabajado. Tenemos un trabajo en terreno. Los indicadores nuestros por sobre comunas de Ñuble son superiores, si nosotros vemos el índice de calidad de vida, somos la comuna que lidera. Invito a los vecinos a que no se dejen engañar por el discurso malicioso y no correcto”, lanzó de entrada el edil chillanvejano.